FOTO ARRIBA (AMPLIABLE): Recuerdo aquel laboratorio con sus temidos mecheros Bundsen y aquellos típicos asientos en desnivel cuya curva forma nos facilitaba la copiada de los apuntes orales. La foto es la única en color (inédita)

FOTO ARRIBA (AMPLIABLE): Su ubicación era variada: una en la tercera planta y otra en la primera (o eso creo), ambos lugares situados en los pasillos ubicados encima de la Conserjería. Sus laterales tenían grandes ventanas las cuales unas daban a la Calle General Mola y otras al patio norte.

FOTO ARRIBA (AMPLIABLE): A veces, cuando los experimentos llevaban algún tipo de sustancia olorosa, el ambiente se impregnaba haciendo como más "serio" el lugar pensando en nuestros adentros lo "químicos" que eramos.

Comentarios: 1
  • #1

    J.C. (sábado, 04 abril 2015 13:40)

    El laboratorio de Física y Química ya lo he comentado en otro lugar. Allí aprendí -me lo machacaron en tres cursos diferentes- a usar los instrumentos de medida de longitudes, espesores y profundidades: el pie de rey, el palmer y el esferómetro. Cuando fui a la universidad de Alicante y en una las prácticas de primer curso faltaba una medida como dato, el profesor me dijo que ahora me buscaría dicha medida, pero yo le dije que no hacía falta, que ya había cogido un palmer y la había medido yo mismo. Me preguntó: _¿Dónde has estudiado tú? _En los Maristas. _Muy bien,muy bien…

    El laboratorio de Biología es el correspondiente a la fotografía superior. No recordaba ya los bancos en cuadrante y gracias a la foto he dicho: es verdad, estaban así.

    Ese laboratorio va asociado a una palabra: microscopio. De pequeño, en el recreo de la comida, veía alguna libreta de los mayores con un microscopio dibujado y los nombres de sus partes: objetivo, ocular, platina, pie, tornillo macrométrico, tornillo micrométrico, objetivo de inmersión, portaobjetos, cubreobjetos, etc. Quise aprendérmelos para tener algo adelantado para los próximos cursos. Pero luego me estuvieron repitiendo esos nombres en diversos cursos: 8ª, 3ª BUP, COU,… Así que acabé harto, ya soñaba con ellos. En ese laboratorio pudimos ver al microscropio células vegetales de una cebolla -alguna en mitosis-, sarro de los dientes, y otras preparaciones. También diseccionamos una rana muerta, gracias al estuche de disección que se nos facilitaba, con peligrosos bisturíes. Parecíamos "doctores Muerte" escapados de algún cómic de terror.

    En 3º de BUP, D. Ramón, el profesor de Biología, nos dio a elegir entre dos actividades de fin de curso: un trabajo de Biología y componer el esqueleto de un conejo, con forma anatómica, al estilo de esos esqueletos montados de dinosaurios que hay en los museos. Yo, como tantos otros, elegí el conejo porque lo otro me parecía un rollo. El día del presentación, parecía aquello la noche de los muertos vivientes, con tanto esqueleto de conejo por ahí. Era más trabajoso de lo que parecía. ¡Qué olor más asqueroso al hervirlo con agua y lejía para que los huesos desprendieran la carne! (Todavía lo tengo metido en la nariz). Luego limpiarlos, pegarlos y sujetarlos a una base: un follón de tres pares de narices, porque el mío era un ejemplar grande y era más difícil que se sujetara, mientras que la mayoría habían cogido un conejito niño. Algunos le ponían una guía metálica por toda la columna para ayudar a sujetarlo. Seguro que hay alguien que lo conserva en una estantería; yo lo tiré, porque tampoco es que me hubiera salido una obra de arte.

    A este respecto de la veterinaria forense, me acuerdo con cariño de una disección de un pez que hicimos por equipos en 2ª de EGB: branquias, aleta dorsal, ventral, pectoral y caudal, sistema digestivo, sistema circulatorio… Podría hacer un examen ahora mismo; gracias D. José. Fue muy diver.